NUESTRO DESPACHO


ALBERCHE ÁBOGADOS es una firma que tiene por objeto el ejercicio de la abogacía.

El director del despacho es D. Carlos Javier Galán Gutiérrez, ejerciente desde 1990 e inscrito con el número 43.869 en el Ilustre Colegio de Abogados de Madrid. 

Nuestro despacho es generalista, aunque en los últimos años ha venido destacando muy especialmente en el ámbito del Derecho Laboral.

Sin abandonar esa orientación, desde 2012 hemos prestado una especial atención a un fenómeno totalmente ajeno a ese ámbito: el de las redes delictivas de estafas en préstamos no bancarios. A raíz de que se nos encargara un caso concreto en el que detectamos una actuación de este tipo, nos implicamos de forma destacada en la investigación y denuncia pública de estas prácticas. Y hoy, Alberche Abogados es, a nivel nacional, una referencia en el conocimiento sobre estas tramas y la actuación frente a las mismas. Ello es una muestra del nivel de compromiso con el que asumimos aquellos asuntos que se nos encomiendan. 

Al objeto de ofrecer un servicio amplio y de calidad, tenemos suscritos acuerdos de colaboración con otros despachos y con profesionales externos (consultores, procuradores de los tribunales, peritos, etc.), de forma que podemos abarcar una actuación multidisciplinar, en todos los órdenes jurisdiccionales y en distintos ámbitos geográficos. 

Nuestra trayectoria comenzó en 1992 con Alberche Consultores, S.L., hasta que la Ley 2/2007 de Sociedades Profesionales determinó la obligatoriedad de separar la actividad colegiada de otros servicios, lo que llevó a la constitución de Alberche Área Jurídica, S.L.P.U., titular del actual despacho. 

A lo largo de estos años, nuestra seña de identidad ha venido siendo el ejercicio de la abogacía con profesionalidad y con trato personalizado. 

Estamos convencidos de que la valoración de un despacho jurídico no ha de atender tanto a su tamaño como a su dimensión cualitativa. 

Nuestros clientes tienen nombre y apellidos o denominación social y creemos que la relación entre el abogado y su cliente ha de estar presidida por la confianza. 

Cada caso que se nos encomienda es singular y a su defensa aplicamos lo mejor de nuestro oficio: conocimientos, rigor, experiencia y dedicación.